miércoles, 29 de junio de 2011

LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA

HOLA, ME DIRIJO A TODOS LOS PRESENTES Y A TODOS LOS AUSENTES, A CONOCIDOS Y DESCONOCIDOS, A AMIGOS Y A ENEMIGOS, CON EL FIN DE SER ÚTIL PARA CADA UNO DE USTEDES DENTRO DE LA DEMOCRACIA.Me llamo La Constitución Española, no la que desearía ser pero si la que soy de momento. Me gustaría que me conocieran porque nací para auxiliaros en vuestros tejes y manejes dentro de vuestros limites materiales y de relaciones de convivencia. Puedo y quisiera mejorar, pero antes tendréis que hacerlo primero ustedes. Me gustan los cambios, porque no temo a lo desconocido, y aunque sé que todo lo que nace muere, primero si no os importa, antes de renacer quisiera cumplir con mi fin primogénito Yo soy la herencia que os dejaron vuestros padres, mejoradme para vuestros propios herederos. Creedme cuando os digo que yo no tengo la culpa de que el político o el poderoso haga de mi caso omiso, o que se me utilice e interprete para fines particulares, egoístas y ambiciosos; pero estoy dispuesta a aprender de todos vosotr@s, aunque, si lo que desean que haga es que de un giro copérnico, hacia un cambio más humanitario y universal, tendréis que llegar a muchos consensos democráticos sin violencia y con fraternidad. La verdad es que las fronteras de España se cierran sobre mi misma y ahogan por momento mi poder expansivo. A mí me gustaría tener un destino, caminar libre y sin cortapisas, para llegar a ser la Gran Constitución, donde las partes sean partes de un todo, sin dejar de ser parte, donde lo limitado se fusione con el infinito. A mí, si no es mucho pedir me gustaría ser escrita por la conciencia, donde la verdadera justicia, el auténtico respeto y el Amor, fuera la verdadera bandera que flameara en mi nuevo constituyente corazón. Y entonces…, estaría tan, tan contenta que brillaría con luz propia, incluso las instituciones cobrarían sentido para la causa general de la humanidad, porque sabed pues que fui constituida para que las instituciones del estado os sirvieran y no para esclavizaros robándoos vuestros derechos, así que os doy permito para que en mi nombre y con el poder que me otorgaron mis padres, denunciéis a aquel que ostentando el poder ejerce actos que me denigran y me desagradan, es decir: actos anticonstitucionales. Yo, la Constitución, soy la fuente que protege y da de beber agua limpia a la democracia, sirvo a la causa, soy su fundamento, hagan pues el favor y el esfuerzo de alzar indignados mi nombre ante tanto despotismo brutal y como garantía democrática y legítima, ya que yo os defiendo con total, absoluto y pleno derecho real ante una autocracia, Si no lo exigen por ustedes mismos o por sus hijos o por sus semejantes, háganlo por lo menos por mí, para que cobre sentido el espíritu por el que fui constituida, pues ya me estoy quedando huérfana…, parece que pierdo la memoria…, envejezco por momentos…, ¿vosotros… conocéis,,, a los padres de la Constitución, a mis padres? Me busco y no me encuentro…, pero…, ¿quién soy, de dónde vengo a dónde voy?

La Constitución Española

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